Un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge y
el Instituto de Tecnología de Beijing han diseñado la que consideran la batería
recargable «del futuro».
Se trata de una batería con azufre y recubierta de grafeno.
Según los expertos, estos materiales tienen gran interés comercial, ya que
cuentan con densidades de energía específicas, considerablemente mayores que
las de su «primas», las ya bien establecidas baterías de iones de litio.
Para crearla, el equipo utilizó marcos orgánicos de metal
como plantilla para producir una jaula en carbono poroso conductor, en donde el
azufre actúa como invitado y cada una de las nanopartículas de azufre-carbono
actúa como unidad de almacenamiento de energía.
«La jaula de carbono actúa como una barrera física para
confinar los materiales activos dentro de su estructura porosa», ha explicado
uno de los autores principales, Kai Xi.
Durante la investigación, publicada en «APL Materials», los
científicos descubrieron que envolviendo aún más la unidad de almacenamiento de
energía dentro de una hoja delgada de flexible de grafeno se acelera el
transporte de electrones e iones.
Concretamente, se hace posible la cinética de transferencia
de carga rápida por una red interconectada de grafeno con alta conductividad
eléctrica. Así, el trabajo muestra que la estructura compuesta de un armazón
poroso con conexiones conductoras es un diseño de estructura de electrodos
prometedor para las baterías recargables.
Para sus autores, ofrece un «enfoque básico, pero flexible
tanto para aumentar el uso de azufre y mejorar la estabilidad del ciclo de las
baterías». «La modificación de la unidad o de su marco podría darle un
rendimiento a un nivel completamente nuevo», ha añadido Xi.
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