“La conexión a Internet puede mejorar la vida de cada uno,
pero más de 4.000 millones de personas no pueden acceder a la red”, ha dicho
Mike Cassidy, vicepresidente de Google para explicar su alianza estratégica con
la agencia espacial francesa CNES en el marco de su Proyecto Loom. CNES ha dado
a conocer dicha alianza este jueves en su página web con todo lujo de detalles.
El rotativo Le Figaro adelantaba los datos de un proyecto esencial para que, en
compañía de otras iniciativas, toda la población del planeta pueda conectarse a
internet a un precio mucho más asequible. Los globos aerostáticos que
desarrollará el CNES con Google, por ejemplo, salen cien veces más baratos que
los satélites artificiales que distribuyen la señal.
El futuro, mientras no se invente otra cosas, se percibe
como una estratosfera repleta de satélites, pero también de pequeños globos
aerostáticos dejándose mecer por los vientos, a una altura que duplica la
máxima que alcanzan los aviones, y enviando señales que permitan acceder a
internet allá donde las infraestructuras terrestres no son suficientes o ni
siquiera existen. El Proyecto Loon, eso sí, requiere que los usuarios conecten
con a la red del globo directamente desde sus teléfonos y otros dispositivos
habilitados para LTE (Long-Term Evolution), es decir tecnología 4G, como indica
la propia empresa americana Google.
No se ha previsto presentación oficial al viejo uso. No es
necesaria. “Este proyecto es uno de los más novedosos para suprimir las zonas
de sombra y para el CNES trabajar con Google supone una experiencia única”,
dice Jean-Yves Le Gall, presidente de la agencia gala. Esta es la que proveerá
de globos al proyecto, miles de globos flotando a una altura de entre 18 y 20
kilómetros de altura, autosuficientes gracias a sus paneles solares.
CNES tiene que desarrollar una nueva generación de globos
aerostáticos para participar en este proyecto, para lo que contará con la ayuda
de Google. El resultado será parte del ambicioso plan lanzado también por Amazon,
Facebook y Apple para que nadie en el planeta quede fuera de la red.
De momento, el proyecto Loon prevé hacer una primera
demostración ya en el año próximo, aunque el sistema no estará disponible hasta
2020.
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