Las lámparas de diodos emisores de luz (LEDs) actuales tienen una ligera
ventaja medioambiental sobre las lámparas fluorescentes compactas. Y se
espera que esa ventaja crezca significativamente a medida que mejoren
la tecnología y los métodos de fabricación en los próximos cinco años,
de acuerdo con un nuevo informe del Laboratorio Nacional estadounidense
del Pacífico Noroeste y la empresa británica N14 Energy Limited.
En
el informe elaborado por el equipo de Marc Ledbetter se tiene en cuenta
el impacto medioambiental total, incluyendo la energía y los recursos
naturales necesarios para fabricar las lámparas, transportarlas, usarlas
y deshacerse de ellas cuando ya no funcionan. En la evaluación de los
efectos sobre el medio ambiente se tuvieron en cuenta 15 impactos
diferentes, incluyendo el potencial de contribuir al calentamiento
global, usar terrenos que antes estaban disponibles para la vida
silvestre, generar desechos y contaminar el agua, el suelo y el aire. En
el informe se examinan los ciclos de vida completos de tres tipos de
lámparas: las de LEDs, las fluorescentes compactas, y las incandescentes
tradicionales.
Los procesos de fabricación contribuyen
sustancialmente al impacto medioambiental total de una lámpara, pero por
lo general las empresas mantienen en privado la información sobre la
fabricación. El equipo de investigación pudo reunir datos sobre
fabricación con la ayuda de consultores de la industria y de algunas
empresas que accedieron a colaborar bajo la condición de que el informe
final no revelara datos privados de tales empresas.
Para el
análisis, el equipo escogió por su uso y disponibilidad a lámparas
específicas que son las que mejor representan a cada uno de los tres
tipos de lámparas que ellos estudiaron. A continuación, usaron una base
de datos a fin de calcular los recursos necesarios para producir los
diversos componentes de las tres lámparas. Ese análisis corroboró que
tanto las lámparas de LEDs como las fluorescentes compactas son mucho
más ecológicas que las lámparas incandescentes tradicionales, las cuales
consumen mucha más electricidad. Por ejemplo, la lámpara incandescente
específica que el equipo estudió consume 60 vatios de electricidad,
mientras que la lámpara de LEDs analizada consume sólo 12,5 vatios y la
fluorescente compacta estudiada sólo 15 vatios, todas ellas para generar
aproximadamente la misma cantidad de luz.
Como las lámparas
incandescentes usan más energía para generar luz, también es mayor el
consumo de recursos naturales imputable a ellas que se requiere para
generar electricidad. Este análisis muestra que se podría reducir de 3 a
10 veces el impacto medioambiental producido por la iluminación si todo
el mundo escogiera usar lámparas más eficientes que las incandescentes,
independientemente de si se optase por lámparas de LEDs o por
fluorescentes compactas.
La energía consumida por las lámparas
cuando están encendidas representa la mayor parte de su impacto
medioambiental. Pero para las lámparas de LEDs y las fluorescentes
compactas, cuyos consumos de energía para generar luz son similares, el
equipo de investigación ha encontrado que la energía y los recursos
necesarios para fabricarlas determinan en gran medida la diferencia
entre ambas en cuanto al impacto medioambiental total.
Se encontró que, salvo en una de las 15 áreas de impacto estudiadas, las
lámparas fluorescentes compactas son ligeramente menos ecológicas que
las lámparas de LEDs actuales.
El área discordante es
consecuencia de que las luces LED incluyen un disipador de calor que
está hecho de aluminio. El proceso de extraer, refinar y procesar el
aluminio de los disipadores de calor consume mucha energía y genera
varios subproductos, como por ejemplo ácido sulfúrico, que deben ser
confinados en terrenos destinados a residuos peligrosos. Las lámparas
LED necesitan disipadores de calor que absorban y posteriormente disipen
el calor que generan las lámparas, evitando así que se sobrecalienten.
Se
espera que pronto la labor de investigación y desarrollo mejore aún más
la eficiencia de los LEDs, lo que a su vez reducirá la cantidad de
calor que producen y el tamaño del disipador de calor que necesitan. El
equipo de investigación ha llegado a la conclusión de que ésta y otras
mejoras en los procesos de fabricación y en la electrónica harán que
dentro de cinco años las lámparas de LEDs sean aún más respetuosas con
el medio ambiente que las fluorescentes compactas. El equipo espera que
los impactos medioambientales de las lámparas de LEDs del año 2017 sean
un 50 por ciento inferiores a los de las lámparas de LEDs actuales y un
70 por ciento menores a los de las fluorescentes compactas actuales, las
cuales no se espera que cambien significativamente en el futuro
cercano.
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