martes, 8 de mayo de 2012

Los españoles son poco ‘científicos’, pero los jóvenes acortan distancia

Que Einstein es el científico más importante de la historia resulta incuestionable cuando se pregunta a los ciudadanos; el segundo clasificado es Isaac Newton, pero a notable distancia del primero y no en todos los países. Seguramente Einstein destaca mucho porque también es un icono popular, aunque luego mucha gente desconozca su teoría de la relatividad. Pero no tiene rival. También en España encabezan la lista de científicos conocidos los dos grandes físicos. Sin embargo, solo un 4,8% de la gente cita a Santiago Ramón y Cajal cuando se le pide nombrar a científicos importantes, y de Severo Ochoa se acuerda el 2,5%, mientras en que otros países las figuras nacionales (como Louis Pasteur y Marie Curie en Francia, o Galileo Galilei y Rita Levi Montalcini en Italia) cosechan mayor reconocimiento. El 46% de los encuestados en España no es capaz de dar ningún nombre, frente al 27% de la media de los países europeos. Es uno de los resultados que arroja un análisis realizado en 11 países (10 de la UE más EE UU) que explora el interés por la ciencia de los ciudadanos y cuantifica su nivel de conocimientos.



El Estudio Internacional de la Cultura Científica, de la Fundación BBVA, aborda parámetros como el acceso y seguimiento de la información sobre investigación, las visitas a museos o la asistencia a conferencias, pero también utiliza indicadores más sutiles, como la frecuencia con que los temas científicos se tratan en las conversaciones cotidianas.
España, excepto por el notable interés por la ciencia que expresa la ciudadanía, que es ligeramente superior a la media de los países europeos, está en los valores de la cola por su nivel de información científica, por la proximidad de los ciudadanos a la carrera científica o por el nivel de conocimientos medido. “En una población sensibilizada y familiarizada con la ciencia y la tecnología mejora la toma de decisiones individuales (como pacientes, consumidores, en el trabajo, en la vida diaria) y, en un plano público, constituye una población más abierta a la innovación y al aprovechamiento de las oportunidades de los procesos de cambios globales”, dice el estudio. Los datos indican que los jóvenes españoles tienden a converger con los europeos, pero las distancias son grandes entre los demás grupos de población.

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