Durante mucho tiempo sólo fue una anécdota o mito urbano con el que hemos fantaseado hombres y mujeres por igual. Ahora, un grupo de científicos demostró que el ejercicio físico puede ayudar a las mujeres a alcanzar la satisfacción sexual.
La investigación se realizó en la Universidad de Indiana (y para ser sinceros es una de las pocas investigaciones de las que nos habría gustado participar a varios betagatos) y estuvo basada en el trabajo de los músculos de la base abdominal, los cuales al ser sometidos a una carga física de ejercicios podrían llevar a las mujeres a un orgasmo inducido, conocido como EIO (en inglés “exercise-induced orgasms”)
Algunos de los ejercicios que incluyen estos músculos de la base abdominal analizada son los asociados con postes, cuerdas de escalada, ciclismo, levantamiento de pesas y por supuesto, abdominales. Según la doctora a cargo de la investigación, Debby Herbenick, los datos finales revelaron que el 20% de las mujeres que se encuentra con una situación de este tipo no pueden controlar su experiencia ya que la mayoría no estaba fantaseando sexualmente o induciendo esa experiencia ya que surge de modo físico y natural.
Esto, prosigue Herbenick, explicaría que el mecanismo detrás de un orgasmo inducido por el ejericio no es tan claro como parece, pero que quizás la práctica habitual de este tipo de actividades físicas localizadas podría no sólo mejorar la salud y el bienestar, sino también tener un impacto positivo sobre la vida sexual de quienes lo ejercitan.
Entre otros resultados, la investigación reveló también que cerca del 40% de las más 350 mujeres encuestadas habrían experimentado tanto EIO (orgasmo inducido por el ejercicio) como EISP (placer sexual inducido por el ejercicio) y lo habrían hecho en más de 10 ocasiones.
De los ejercicios asociados a este tipo de inesperados sucesos, un 51,4% de las personas encuestadas afirmó haberlo experimentado durante ejercicios abdominales, en especial, en el que consiste en ubicarse en un bastidor con apoyabrazos y respaldo acolchado que permite que las piernas cuelguen libremente con el objetivo de levantar varias veces las rodillas hacia el pecho o hacia un ángulo de 90 grados con el cuerpo.
Otras encuestadas aseguraron haber tenido orgasmos durante el levantamiento de pesas (26,5%), yoga (20%), bicicleta fija (15,8%), corriendo (13,2%) y caminando o haciendo senderismo (9,6%).
La doctora Herbenick es co-directora del Centro para la Promoción de la Salud Sexual en la Universidad de Indiana, además de profesora de Educación Física y Recreación. Durante varios años ha investigado este fenómeno conocido popularmente como “coregasm” (orgasmo asociado a la exigencia de los músculos abdominales básicos). Además es una prestigiosa columnista y autora de varios libros sobre asuntos de la salud.
Sin duda que algunas de las mujeres que se encuentren ante una inesperada situación como esta en un gimnasio se sentirían un tanto avergonzadas. Lo importante es que ahora pueden quedarse tranquilos los maridos celosos que creen que su esposa va al gimnasio por el atractivo profesor, ya que en realidad lo están haciendo para ejercitar algo mucho más interesante.
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